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domingo 24 noviembre 2021

L’Alfàs divulga el patrimonio de la ruta al faro de l’Albir con una guía en inglés

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El Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi ha editado en inglés la guía sobre la ruta del faro de l’Albir, “con el objetivo de divulgar el patrimonio natural, cultural e inmaterial de Serra Gelada, y ayudar a disfrutar al caminante de los elementos más destacados de este trayecto espectacular de apenas 2’5 kilómetros  de recorrido”, condensados en 32 páginas sobre el primer parque natural marítimo-terrestre de la Comunidad Valenciana, con apartados dedicados a la flora, fauna, patrimonio, geología, paleontología y medio marino, y que esta mañana ha presentado a los representantes de asociaciones y colectivos internacionales el alcalde de l’Alfàs, Vicente Arques, junto al concejal de Medio Ambiente, Luis Morant, y la concejala de Residentes de Otras Nacionalidades, Martine Mertens.

Ya se trabaja en la edición de una tercera guía de lectura facil, ha anunciado Arques, adaptada y diseñada por los alumnos de APSA, una ONGD que desarrolla actividades dirigidas a mejorar la calidad de vida de personas con diferentes capacidades durante todo su ciclo vital, con la que el Ayuntamiento de l’Alfàs mantiene un convenio de colaboración desde hace años.

Una guía elaborada por  la arqueóloga municipal, Carolina Frías, el biólogo José Santamaría, y el diseñador Andrés Díaz, dirigida a todos los públicos, que las personas interesadas podrán descargarse en sus dispositivos móviles a través de un código QR, colocado en puntos estratégicos y a la vista en los accesos al camino al faro, explica el concejal de Medio Ambiente Luis Morant, y que por supuesto podrán solicitar su envío a sus correos personales quienes así lo pidan a la concejalía.

En octubre de 2011, ha explicado el alcalde Vicente Arques, el Ayuntamiento de l’Alfàs ponía en marcha en colaboración con el Parc Natural de la Serra Gelada el Centro de Interpretación Faro de l’Albir, convirtiéndose en el primer faro cultural de toda la Comunidad Valenciana, y ahora en la guía se recogen detalles varios y de interés todos, además de muy fácil lectura, sobre diferentes aspectos, como la fecha, 30 de abril de 1863, en que se iluminó por primera vez la linterna de este edificio singular, o la curiosidad sobre la lampara, que en un principio se iluminaba con aceite de oliva, hasta que en 1984 se instalaron paneles de energía solar. El objetivo de entonces y ahora sigue siendo el mismo remarca Arques, “preservar este importante elemento de nuestro patrimonio histórico, difundir los múltiples valores culturales y medioambientales de la Serra Gelada, y la necesidad de todos de implicarnos en su protección”.

Una guía divulgativa con la que sus autores han intentado complementar todo el equipamiento didáctico que hay a lo largo del camino del faro, y donde se recoge por ejemplo información detallada de las 30 especies vegetales y 24 animales más comunes del paraje, para que las personas que realizan el itinerario puedan identificarlas in situ.

En el apartado de patrimonio, además del faro, se habla de la agricultura de supervivencia en la zona, donde para conseguir terrenos llanos se abancalaron las laderas mediante muros construidos tan solo con piedras apiladas entre ellas, de los restos de la mina de ocre que estuvo funcionando en el siglo XIX donde todavía se mantienen en pie los canales y la vivienda del capataz, sobre la defensa del mar desde la Torre Bombarda o el aljibe construido en el final de un barranco para recoger la máxima cantidad de agua.

En el apartado geología y paleontología de la guía del camino al faro, la sierra nos remonta a millones de años atrás, dando lugar a los fósiles y las rocas que hoy se pueden ver en el paisaje. Descubriendo a través de sus páginas que entre los estratos de Serra Gelada se ha definido un nuevo fósil, de gran importancia, para entender el modo de vida y el ambiente sedimentario en los fondos marinos del pasado. El medio marino y los hábitats sumergidos, donde lo más destacado son las praderas de posidonia oceánica, el mejor bioindicador de la calidad de las aguas, que protege la línea de costa frente a la erosión, y donde viven infinidad de organismos. Es precisamente en la pradera donde vive la nacra, un molusco en grave peligro de extinción.

Una guía donde se detallan árboles, arbustos y otras plantas únicas, al igual que anfibios, reptiles, aves y mamíferos que ayudarán a descubrir y disfrutar los elementos más destacados del camino, en sus poco más de dos kilómetros y medio de recorrido, desde donde se anima a disfrutar de la naturaleza y se pide la colaboración activa en la conservación de este espacio natural.

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