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El Ayuntamiento de Alicante ha comenzado la campaña de control de plagas en el arbolado y espacios verdes de la ciudad. En este caso, se aplican tratamientos biológicos que comprenden la suelta de insectos beneficiosos para la flora y capaces de controlar a aquellos otros que la dañan, en el caso alicantino, las plagas más habituales son la Psylla, el Pulgón y la Araña Roja.
El concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar, ha precisado que este tipo de tratamientos “no solo son beneficiosos para los árboles, arbustos y flores de nuestros parques y jardines, sino que también son más respetuosos con el medio ambiente puesto que se reduce en un 30% el uso de productos químicos”.
La suelta de insectos por parte de la empresa concesionaria del servicio de mantenimiento de áreas verdes, STV Gestión, ya ha comenzado y se prolongará hasta el mes de junio. Tras una primera actuación, se realiza una labor de visita y control para comprobar la evolución de la plaga y determinar si es necesaria una segunda suelta.
Este sistema “no busca exterminar a las especies perjudiciales, sino que el objetivo es conseguir un equilibrio entre insectos beneficiosos y nocivos para mantener las zonas verdes al tiempo que cuidamos el medio ambiente y, por supuesto, mantenemos a raya a las plagas”, ha precisado el edil.
En la ciudad de Alicante el control biológico de las plagas se aplica, de manera prioritaria, en la Jacaranda mimosifolia que supone en torno al 20% del arbolado viario, y en los ejemplares en los que no se desarrolla la suelta se realizan pulverizaciones con jabones biológicos, exentos de cualquier producto químico.
Otras especies que se tratan a través del control biológico de plagas son Cercis siliquastrum; Tipuana tipu; Ficus sp; Populus; Prunus amigdalus; Prunus cerasifera; Laurus nobilis; Albizia julibrissin; Melia azedarach; Citrus; Robinia; Tamarix sp; Querqus; Púnica granatum y especies arbustivas en parques.
El concejal ha explicado que el establecimiento de los insectos beneficiosos siempre es más fácil en el arbolado de parques que en el de calles, “ya que en este último caso están afectados por la contaminación de los vehículos o los efectos del pavimento, mientras que en parques y jardines las condiciones son más semejantes al estado natural y es más fácil la acción de los insectos beneficiosos”.
