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Han sido, quizás, una de las fiestas de la Virgen del Carmen más multitudinarias, con miles de asistentes y espectadores contabilizados en los actos programados, una alta participación de festeros, autoridades y organizaciones cívicas, la implicación de agrupaciones culturales del municipio, mucha música, pirotecnia y colorido, y actos para todas las edades.
Tras dos años de parón motivados por la pandemia sanitaria, ayer concluyeron las fiestas en El Campello con un tributo a Melendi en la plaza del Carmen, que siguió a un espectacular castillo de fuegos artificiales en la playa con el que se ponía el punto y final hasta el año próximo.
Antes, la jornada fue eminentemente religiosa. A las 7 de la tarde se celebró la ofrenda floral en la Ermita, previo recorrido por un circuito diseñado alrededor del templo y con acompañamiento de la Associació Musical L’Avanç y la Colla Larraix.
Tras un pasacalles hasta el puerto al son de la música de Larraix, comenzó uno de los actos estrella de las fiestas: la procesión marinera, con una Virgen acompañada por decenas de embarcaciones, custodiadas por una patrullera de la Guardia Civil, que dibujaron sobre el mar una bella y tradicional escena seguida desde tierra por miles de personas.
Y, caída la noche, comenzó la procesión de la Virgen, en la que participaron autoridades civiles, presididas por el alcalde Juanjo Berenguer; autoridades militares y religiosas, representantes de la Comisión de fiestas Estrella de los Mares, la pregonera y decenas de fieles, que caminaban al son que marcaban La Colla Larraix y la banda L’Avanç, con paradas para disfrutar de los bailes del Grup de Danses Salpassa. Una vez llegados al templo, en el interior esperaban los componentes de la Coral Alborada de la Asociación de Mayores de El Campello, que puso punto y final a los actos religiosos entonando la Salve Marinera.