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Como ocurriera el año pasado, y ante el incremento de las temperaturas durante las últimas semanas, la concejalía de Salud Pública que dirige Rafa Galvañ (PP), ha detectado un repunte de la presencia de procesionaria en los pinos de El Campello, por lo que se ha decidido intensificar los tratamientos para combatirla, consistentes principalmente en la retirada de bolsones de los árboles en parques y viario público. Se recuerda que los particulares que dispongan de este tipo de arbolado en sus propiedades tienen la obligación de realizar tratamientos por su cuenta para frenar las plagas.
Para que sea más afectivo, el control de la procesionaria en arbolado público se realiza en tres fases. La primera de ellas en verano, durante los meses de julio y agosto, con el control de adultos mediante la instalación de trampas de feromonas. La segunda fase se lleva a cabo en los meses de octubre y noviembre, realizando tratamientos larvarios por inyección para reducir la formación de bolsas. La tercera fase llega en casos como el actual, en el que se detectan bolsones, y se procede a su retirada y a la pulverización de los árboles.
Desde el Ayuntamiento se atienden todos los avisos que se reciben en caso de producirse en parques y arbolado público, que son atendidos directamente por la empresa adjudicataria del servicio. En caso de detectarse en arbolado privado, el departamento de Rafa Galvañ inicia los trámites necesarios para que los propietarios realicen los tratamientos necesarios para controlar la plaga.
La procesionaria es considerada como el insecto defoliador más importante de los pinares de España. Las orugas (larvas) están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. La sustancia que le confiere esta capacidad urticante es una toxina termolábil denominada Thaumatopina.