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El alcalde, Jaume Llinares, acompañado por los ediles de Urbanismo, Jose Orozco; Infraestructuras, Diego Zaragozí; Cultura, Aurora Serrat y Educación, Vicenta Pérez, además de técnicos y empresa responsables de la mejora, ha girado visita a las instalaciones de la Casa Villa Gadea tras las obras de rehabilitación de la misma.

Las obras, ejecutadas por Construcciones Ripoll, han tenido un presupuesto de 200.000€, han sido subvencionadas por la Conselleria de Cultura y han consistido  en trabajos de impermeabilización en la cubierta; intervención en la carpintería; lucido de los revestimientos y modernización de los aseos, convirtiéndolos en accesibles. Una actuación acorde con la normativa de protección del Bien de Relevancia Local de Villa Gadea y enmarcadas en las obras de mantenimiento y conservación del inmueble.

“Hemos hecho hoy la visita del final de obra, que aunque desde finales de enero estuviese acabada ahora ya están todos los certificados pertinentes de Conselleria. La casa ya se está utilizando porque están dándose las clases del Beatik Altea Festival y es un espectáculo ver cómo ha quedado la casa y el entorno que es una maravilla”. Ha comentado el Alcalde en el trascurso de la visita.

Jaume Llinares ha señalado que “no están acabadas todas las mejoras que la casa merece. Falta aún el ascensor y algunas cuestiones como la mejora del lucernario para mejorar también el rendimiento energético de la casa”. “Pero a pesar de ello, la casa está espectacular y ya tenemos aquí las dos Cátedras, la Enric Valor de la UA y la Anetta Nicoli de la UMH y tendremos el Centro de interpretación Carmelina Sánchez Cutillas. Además de que ahora mismo se están impartiendo master classes del Beatik Altea Festival”; ha añadido el primer edil alteano.

El Alcalde ha subrayado la intención del  Ayuntamiento de “darle el uso que la casa merece y la gente que la visita y no la conocía se queda sorprendido porque son unas instalaciones únicas y la casa tiene muchísimas posibilidades en un futuro de hacer un albergue en la buhardilla para albergar a los alumnos de cursos. Aunque haya cuestiones que resolver, el espacio está y tiene un potencial muy grande de uso la finca en sí, y el entorno es espectacular con el mar y la Illeta de la Olla justo enfrente”. “Cuidar el espacio, ponerlo en valor y que la gente lo disfrute es el objetivo que tenemos. Queremos que cada vez se utilice más, que la finca esté viva y que la gente sepa que esta casa es del pueblo”. Ha concluido Jaume Llinares, alcalde de Altea.