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Con un Parque Municipal lleno hasta la bandera, las miradas al cielo por si llovía, un poco de viento que refrescó el ambiente y todos los ingredientes que definen a las fiestas mediterráneas (color, olor, calor, pólvora y música), anoche arrancó el ciclo festero en El Campello con la presentación de las capitanías de este 2023, de las que se encargan las comparsas Zaidies y Jaume I.
La velada resultó especialmente emotiva cuando tanto el alcalde Juanjo Berenguer como la presidenta de la Junta Festera de Moros y Cristianos, Marga Sebastiá, dedicaron parte de sus discursos a recordar la figura de Juan Francisco Belmonte, policía local y gran festero fallecido recientemente en trágicas circunstancias, al que el público dedicó una gran ovación.
Sobre el escenario, decenas de músicas de L’Avanç y la Colla Larraix, que al unísono tocaron la muixeranga mientras el pendón valenciano era situado en un lugar preponderante sobre el estrado.
Con la proyección de los videos tomó pleno sentido el título del espectáculo, “Vivències”, pues los cargos salientes narraban en primera persona la experiencia vivida durante todo un año y los recuerdos que se llevan de su paso por la fiesta desempeñando un papel destacado.
Ellos y ellas eran Sergio Gomis, Carol Manzanaro, Silvia Vidal y Alejandro Sánchez (por el bando moro, de la comparsa Veterans), y Rubén Ortíz, María Dolores Vizcaíno, María José Soler y Adrián Soto por el bando cristiano (de la comparsa Cristians).
Y llegó uno de los momentos más esperados de la noche, cuando todos ellos cumplieron con el ritual del traspaso de atributos a sus sucesores: Carles García, María Garciafilia, Marta Varó y Sergi Sebastiá por el bando moro (comparsa Zaidies), y Rubén Baeza, Noelia Egea, Mónica García y Pape Lozano por el bando cristiano (comparsa Jaume I). Capitanes, capitanas, bandereras y embajadores que a partir de ahora representan a la fiesta y al pueblo mismo.
Como señaló el alcalde Juanjo Berenguer en su discurso, quedan exactamente 46 días para el inicio de las fiestas con el tradicional y reconocidísimo desembarco. “46 días para que nuestras calles se llenen de colorido y alegría”, y el mismo tiempo para que la Junta Festera y el Ayuntamiento ultimen los detalles para que todo salga a pedir de boca, para dar sentido a la fiesta, que nos adentra a todos en dos sentimientos comunes: felicidad y camaradería.
Como señaló Marga Sebastiá, “se trata de vivencias que forjan la fiesta, que es unión, amistad, convivencia y alegría”.
