El Museu de la Mar se reencuentra con el público exhibiendo nuevas piezas en la exposición

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El Museu de la Mar ha reabierto sus puertas tras el confinamiento con algunos cambios en la disposición de los contenidos y una novedad interesante, la exposición de piezas de artillería naval del siglo XVIII procedentes de navíos hundidos frente a las costas dianenses y donadas por particulares para el disfrute general del público.

Es el caso de la pieza central de la vitrina dedicada al siglo XVIII: un falconete o cañón de borda giratorio que ha sido donado por Vicent Luis Moncho, de El Verger. Moncho realizó el hallazgo hace más de cuarenta años, mientras “pulpeaba” en aguas de la bahía de la Almadrava. En aquel entonces, ofreció la pieza al del Museo Arqueológico de Dénia, pero su director, José Carrasco, tuvo que declinar quedársela por falta de espacio para almacenarla y exponerla y aconsejó a Moncho que la guardara hasta tener sitio para ella. De este modo, Moncho ha tenido el falconete a resguardo en su casa durante casi medio siglo y, ahora que la ciudad ya dispone de un espacio adecuado dedicado a la mar, no ha dudado en donar la pieza, la primera de estas características que ingresa en los fondos del Museo Arqueológico de la ciudad, según ha indicado el director del museo, Josep Antoni Gisbert.

Y, sin embargo, hace más de un siglo se halló otro en aguas de nuestras costas. Según ha relatado Gisbert, en 1890 se encontró un falconete “en condiciones tan perfectas que incluso se podía accionar del dispositivo de quitar la carga”. Los pescadores que lo encontraron, se lo entregaron a Roc Chabás, quien lo custodió en su casa hasta que, poco antes de morir, lo donó al Museo de Bellas Artes de València.

La procedencia del falconete donado por Moncho está aún por confirmar. Se trata de una pieza de artillería que formaba parte habitualmente tanto del equipamiento de los navíos de guerra como de las naves piratas o corsarias.

El cañón de borda se puede admirar en el museo junto a un proyectil de obús de “a 32 libras” y otro de cañón de “a 12 libras”, pertenecientes a la munición con la que estaba equipada la fragata La Guadalupe que se hundió frente a la punta del Sard de Les Rotes en 1799. El proyectil de obús es una donación realizada al Museo Arqueológico por Santiago Reyna Doménech. También encontraremos una carga de recámara de pieza artillera de falconete procedente de una nave militar hundida en la punta de la escollera sur, perteneciente al derelicto “Kompas” y donada al museo por Jean Castera.

Hallazgos que aportan información “muy importante” sobre los naufragios que a lo largo de la historia se han sucedido frente a nuestras costas, bien por accidente o a causa de las guerras y que, gracias a la generosidad de los donantes, ya pueden ser disfrutados por todo el público.

En este sentido, el concejal de Cultura, Raúl García de la Reina, ha agradecido personalmente la donación a Vicente Luis Moncho y ha animado a quienes tengan hallazgos arqueológicos subacuáticos en sus casas a que los donen y permitan que sean públicos y que den mucho más valor al este Museo del Mar.