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EFE. Las peluquerías abrirán ya este lunes 4 de mayo, con cita previa y aforo limitado. Ha habido que esperar a que finalice la rueda de prensa que ha dado el presidente del Gobierno para aclarar cuándo y en qué condiciones reabrirán las peluquerías dentro del plan de desescalada presentado este martes por el Ejecutivo.
Tras finalizar la comparecencia, el Gobierno ha detallado que estos comercios abrirán este mismo lunes 4 de mayo, requerirán cita previa y se recomienda el uso de mascarillas.
Se incluyen pues en el grupo de locales que pueden reiniciar su actividad para la atención individual de clientes, al igual que los centros de estética, siempre con la «máxima protección individual».
Si no ofrecen cita previa, tendrán que esperar a la fase 1 (11 de mayo) para recuperar su actividad.
La primera versión del decreto del estado de alarma contemplaba mantener abiertas las peluquerías, medida que generó desconcierto generalizado y acabó rectificándose, pero tras seis semanas de confinamiento muchos ansíaban su reapertura más que la de bares y restaurantes e incluso reservaban sin saber cuándo abrirán.
«Después de este parón, vamos a trabajar más que nunca. Tengo clientas que me han pedido una cita para el primer día que podamos abrir, sin importarles cuál será», explicaba a EFE Marisina Luna, que regenta en Archena una peluquería, cerrada desde el 14 de marzo.
Ese mismo día, Luna había decidido «por seguridad» que no abriría incluso si lo permitía el decreto, ya que su trabajo requiere un contacto cercano con numerosas personas y ella convive con su padre, de avanzada edad.
Durante este mes y medio ha recibido muchas llamadas de clientas pidiéndole que acuda a sus domicilios, aunque solo ha atendido las llamadas de ayuda de algunos clientes y conocidos mayores a los que no ha cobrado por los servicios, al igual que ha hecho con otras habituales de su negocio a las que ha facilitado tintes para que se los aplicaran ellas mismas en sus casas.
Pero a medida que avanzaba el tiempo la situación se hacía más complicada: Luna se acogió a las ayudas por cese de actividad, por la que se ha embolsado 680 euros que destina casi por completo a pagar su hipoteca y el coche que compró en enero: «Si lo llego a saber, no lo habría hecho. No lo he sacado del garaje», lamenta.
Con una clientela fiel, algunas peluquerías habían optado por seguir ofreciendo servicios a domicilio, pero se habían reducido al mínimo: «Un tinte, un corte, un par de trabajos a la semana».
«Las clientas también tienen miedo al contagio y como no salen de casa tampoco le dan ahora importancia a no llevar el pelo tan bien como acostumbraban. Si seguimos así, nos plantearemos cerrar definitivamente», lamentaba.
En la situación actual, muchos habían optado por arreglarse de forma «amateur»: cortes de pelo con maquinillas y tintes caseros se han convertido en otra de las múltiples actividades que la población confinada está practicando estos días.