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«Los océanos son los pulmones de nuestro planeta, la mayor parte del oxígeno que respiramos», destaca Naciones Unidas en su web dedicada al Día Mundial de los Océanos que se conmemora cada 8 de junio. Sin embargo, anualmente se castigan los fondos marinos con ocho millones de toneladas de residuos como redes y aparejos vinculados a la actividad pesquera, envoltorios plásticos, microplásticos y colillas de cigarros, entre otros, con graves consecuencias para el ecosistema marino y terrestre.
La descomposición de toda esta basura puede ser más o menos larga. Por ejemplo, un envase de plástico puede tardar entre 100 y 1.000 años en perder su tonicidad y comenzar a degradarse, y una lata de refresco tarda unos diez años en convertirse en óxido de hierro a la intemperie. Después necesitará unos 40 años más para degradarse completamente.
Ante esta problemática y con el objeto de frenar, concienciar y evaluar el nivel de contaminación en zonas costeras de todo el panorama nacional, el Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio de la Universidad de Alicante lidera el proyecto «Investigación y ciencia ciudadana para mejorar la gestión de la presencia de plásticos de las Áreas Marinas Protegidas (SOCIPLAS)».
Los resultados de este proyecto, además de mejorar la gestión para minimizar el impacto de las basuras marinas, sentarán las bases para la implementación de la red de monitorización de Áreas Marinas Protegidas (AMP). Por otro lado, permitirá identificar el estado de afección del hábitat prioritario de 1170 «arrecifes» por basuras marinas, detectando zonas de especial acumulación.
Ciencia ciudadana
Con el fin de involucrar de forma activa a la sociedad, los investigadores de la Universidad de Alicante han planificado varias acciones de ciencia ciudadana. Realizarán campañas para recoger y tipificar las macrobasuras marinas de varias playas y, se muestrearán playas para analizar la presencia de microplásticos y evaluar el impacto que generan estas partículas.
Además existen otras opciones de colaboración muy sencillas a través de la aplicación para dispositivos móviles MARNOBA, de libre descarga, registrando, ubicando e identificando basuras marinas encontradas en la arena de playas o en la superficie y fondos marinos.
«A medida que los ciudadanos colaboren en esta actividad, la base de datos sobre basuras marinas disponibles para los científicos y toda la sociedad continuará creciendo y ayudará a conocer mejor esta problemática ambiental y sus posibles vías de mitigación», explica el investigador del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio de la UA Carlos Sanz Lázaro.
Por otro lado, el equipo de expertos analizará los datos recopilados hasta el momento en las campañas de recogida de basuras marinas realizadas en España gracias a los programas del MITECO y varias ONGs.
El investigador de la Universidad de Alicante recuerda que «la contaminación marina es un problema ambiental en continuo crecimiento y que se necesita gran cantidad de información para que los resultados permitan inferir conclusiones lo suficientemente robustas».
Con una duración de dos años (2020-2022), SOCIPLAS cuenta con investigadores de los Departamentos de Ecología y Química Analítica de la Universidad de Alicante, adscritos al equipo de investigación Bioplastic Lab de la UA, con la ONG Ambiente Europeo, y con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.