Este año la Biodiversidad cobra especial importancia por dos razones: la primera por ser el tema y motivo de preocupación en el que centra la Organización Mundial de la Salud el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio. La segunda, y más urgente, porque sin biodiversidad estamos abocados a que la salud del planeta se resienta.

La actual pandemia de COVID-19 es uno de los ejemplos de cómo la falta de biodiversidad  es la causa de que estas enfermedades y virus lleguen al ser humano y le enfermen. “Los virus han estado siempre en la naturaleza; los animales tienen virus, pero es la mano del hombre, su intervención esquilmando recursos naturales la causante de que estos virus lleguen al hombre y le enfermen”. Eduardo Galante Patiño, científico de la Universidad de Alicante, confirma esta postura compartida por el mundo científico-académico. El investigador, catedrático de Zoología de la UA, especialista en Entomología y director del Museo de la Biodiversidad que trabaja desde hace más de 40 años en el campo de la investigación sobre la biodiversidad y su conservación, particularmente en ecosistemas mediterráneos y selvas de Iberoamérica, ha sido elegido para ser miembro del recién creado Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial.

El Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial es una iniciativa de ONGs dedicadas a la conservación de la biodiversidad, entre las que se encuentran organizaciones como el Proyecto Gran Simio, Un bosque para el Planeta Tierra o la Reserva del Bisonte Europeo de San Cebrián de Muda.

Esta iniciativa cuenta con un amplio comité internacional al han sido invitados un amplio grupo de científicos y conservacionistas internacionalmente reconocidos, entre los que se encuentra el doctor Eduardo Galante. Su papel en este comité es el de asesorar, difundir acciones, impulsar nuevas ideas y proyectos que apoyen la conservación y creen oportunidades para que todos podamos contribuir a preservar la biodiversidad en un mundo mejor donde la ciencia, la equidad y sostenibilidad sean el motor de desarrollo.

El Comité une a decenas de grandes personalidades del medioambiente, la investigación, catedráticos de diferentes especialidades, líderes Indígenas, biólogos, zoólogos, arqueólogos, antropólogos, geólogos, paleontólogos, diplomáticos y ecologistas de los cinco continentes.

Los promotores del Comité Internacional son Jorge Extramiana Salillas, fundador de la ONG «Un bosque para el planeta Tierra»; Pedro Pozas Terrazos, de Proyecto Gran Simio; la primatóloga, antropóloga física y principal experta en el comportamiento de los orangutanes, Birute Mary Galdikas, de la Fundación Internacional del Orangutan; y Jesús González Ruiz, de la Reserva de Bisonte Europeo de San Cebrián de Muda (Palencia).

Junto a los anteriores algunos de los integrantes son Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, codirectores de los Yacimientos arqueológicos de Atapuerca (Patrimonio de la humanidad); Joaquín Araujo, naturalista, ecologista, autor, periodista, guionista, agricultor, profesor, Premio Global 500 de la ONU en 1991 para el medio ambiente y Asesor científico del Proyecto Gran Simio España; Odile Rodríguez de la Fuente, hija del famoso ecologista Félix Rodríguez de la Fuente, bióloga y directora de cine, forma parte de la Junta de Síndicos de Rewilding Europe. (España – Estados Unidos); Fernando Valladares, doctor en Ciencias Biológicas y profesor de investigación del CSIC; Javier Cacho Gómez, escritor, científico, físico y divulgador;  Adolfo García Sastre, director del Centro de Investigación sobre la Patogénesis de la Influenza (CRIP) (Nueva York- EEUU) y uno de los cinco Centros de Excelencia financiados por el NIAID para la Investigación y Vigilancia de la gripe; o Kobe Steele, fundadora y presidenta de la Orangutan Foundation International Australia.

En 2020 la biodiversidad es motivo de preocupación tanto urgente como existencial. Recientes acontecimientos como los incendios forestales sin precedentes en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y la pandemia de COVID-19, demuestran la relación inextricable entre los humanos y las redes de la vida en las que vivimos.