AEFA y KPMG han desarrollado un seminario web en el que se han analizado los retos y las oportunidades para mejorar la tesorería de las empresas familiares.

Los expertos de KPMG han recomendado a las empresas familiares alicantinas maximizar sus niveles de liquidez y reducir sus tensiones de tesorería para afrontar la caída de la actividad económica, producida por la crisis del COVID19, que en algunos sectores de la Comunidad Valenciana llegará a superar el 50%. La Asociación de la Empresa Familiar de la provincia de Alicante y KPMG han desarrollado un seminario web en el que se han analizado los retos y las oportunidades para mejorar la tesorería de las empresas.

La presidenta de AEFA, Maite Antón, ha iniciado el encuentro destacando que “la capacidad para adaptarse va a ser lo que caracterice a las empresas que sobreviven”. En este sentido, para la directiva “la agilidad y la anticipación ante esta incertidumbre van a ser importantísimas” como factor a la hora de superar la actual crisis de dimensión global.

Los equipos de Alfonso Junguitu, socio de Deal Advisory, responsable de Turnaround de KPMG España y Miguel Angel Paredes socio responsable de KPMG en Alicante y Murcia han abordado las tendencias macroeconómicas y perspectivas para 2020, y los posibles riesgos que pueden generar de cara a la viabilidad de las compañías. En este punto, Paola Schotten, senior manager de Restructuring y Turnaround de KPMG ha señalado que “una de las áreas que mayor preocupación suscitan entre las empresas son las ratios de tesorería o liquidez”. Para Schotten debemos estar preparados para los diferentes escenarios que van a venir, por eso es necesario que las empresas tomen ya las medidas que les permitan contar con las herramientas necesarias para mantener su actividad

Según los datos dados se estima una caída potencial en el sector de la hostelería en España de hasta un 40%, que en el caso del turismo nacional en la Comunidad Valenciana se situará alrededor del 30% o el 50%, y del internacional entre el 65% y el 97%. Al detenerse en otros sectores como el retail las caídas serán de un 20% según la CEC, un 30% en el automóvil según Facoauto y en la venta de viviendas de un 15% aproximadamente. Por ello, Schotten ha subrayado que “aquellas compañías sin músculo financiero fuerte estarán en riesgo de entrar en concurso de acreedores”.

Así a los riesgos generados por las tensiones en la tesorería, se suman otros factores como la disminución del circulante disponible o el acceso a la financiación que, tal y como ha puntualizado Schotten, “no siempre está garantizada”, puesto que existen limitaciones a las líneas actuales de ayudas ofrecidas a las empresas. Dentro de los riesgos, también se encuentra el incumplimiento de los covenants o la limitación a los planes de inversión. Por ello, insiste en que “maximizar los niveles de liquidez es ahora más necesario que nunca”.

Sobre los efectos de la crisis en la economía, el equipo de Restructuring y Turnaround de KPMG ha avanzado que “el máximo impacto en la tesorería y en los resultados estimamos que será en junio”, y dependerá de cómo se desenvuelven las fases de desescalada. De esta forma, las previsiones ofrecidas por KPMG apuntan que a partir de los 12 meses comenzará posiblemente la recuperación en el impacto estructural.

Con el objetivo de mejorar el circulante de la compañía, se ha aconsejado a las empresas familiares que estén “preparadas para las tensiones de liquidez mediante una gestión ejemplar de la tesorería” y que realicen proyecciones del circulante con diferentes escenarios, que para Schotten en momentos de crisis deben ser diarias si se tiene mucha tensión de liquidez y si no semanales. Asimismo, se ha recomendado elaborar planes de urgencia y de acción para actuar ante las tensiones de tesorería.

La última parte de la ponencia ha tenido una vertiente eminentemente práctica. En ella, el senior advisor de Resturcturing y Turnaround de KPMG en Alicante y Murcia, Rubén Camba, ha expuesto tres casos reales de compañías en los que se habían adoptado distintas estrategias para mejorar los niveles de liquidez. Camba ha recordado que estas medidas “ayudan a las empresas a ser más eficientes en su estructura”.