Un paciente de avanzada edad que se encontraba ingresado en el hospital Imed de Benidorm (Alicante) con diagnóstico de coronavirus. Escapó en un taxi. La Policia Nacional dio orden y captura con un dispositivo de búsqueda. Una vez detenido, se puso el conductor en cuarentena y se procedió a la desinfección del vehículo, los agentes tuvieron que localizar a todos los clientes que habían utilizado los servicios de ese taxi después del paciente huido del hospital alicantino.
 
Fue el propio taxista quien condujo a la policía hasta la casa del anciano, que se encontraba con su hijo en esos momentos. “Ambos se resistieron a seguir las instrucciones policiales, alegando que solo tenía un simple resfriado”, relatan fuentes policiales. Finalmente, los agentes desplazados hasta el lugar, con la ayuda de los sanitarios que también acudieron, “lograron convencer al hombre de que tenía que regresar al centro hospitalario hasta que fuese dado de alta”, señalan las mismas fuentes. Finalmente el anciano accedió a subirse a la ambulancia y regresar al hospital.
Fue una llamada al 091 desde el centro hospitalario, lo que alertó a la policía de Benidorm. Los agentes acudieron al hospital para recabar los datos del paciente y trataron de reconstruir su recorrido hasta el domicilio para advertir a todos aquellos con quienes podían haber contactado en su escapada. “Las consecuencias pueden ser graves para mucha gente”, advierten fuentes policiales.
Se enfrenta a multas de entre 601 y 30.000 euros de acuerdo al artículo 36.6 de la Ley de Seguridad Ciudadana que regula la desobediencia.