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Han concluido la excavaciones en la villa romana del yacimiento arqueológico Casas del Campo que el Museo Arqueológico José María Soler realiza anualmente junto a colaboradores de la Universidad de Alicante. “Se trata de un trabajo asombroso que abre una ventana a la historia de nuestro territorio en una época, como la romana, donde se produjeron gran cantidad de avances tecnológicos y sociales”, ha destacado la concejala de Museos y Cultura, Elena Benítez.
Las excavaciones se enmarcan en un proyecto de investigación sobre el poblamiento antiguo en los valles de Villena donde la comunidad científica trata de localizar yacimientos arqueológicos en las zonas llanas. Villena cuenta con importantes yacimientos arqueológicos como el de Cabezo Redondo donde se han dado a conocer grandes descubrimientos de la época prehistórica, en especial de la Edad del Bronce. Desde el Museo José María Soler se pretenden poner en valor otros vestigios de la historia de nuestro territorio en el cual se han asentado múltiples civilizaciones por su ubicación como zona de paso hacia el mar y la meseta y su riqueza acuática.
En la presente campaña los trabajos de campo se han efectuado en la parcela donde se encuentra el baño romano con el objetivo de localizar el mayor número de restos arqueológicos de una manera eficaz, mediante el trazado de una malla de sondeos. El equipo ha estado integrado por la arqueóloga Luz Pérez, dos trabajadores especializados, Miguel Martin y David González, dos voluntarios en prácticas de la Universidad de Alicante, Jorge y Esther, un técnico en fotogrametría, Marco Aurelio Esquembre y el palista Pedro García.
En una primera fase la pala mecánica excavó un total de quince zanjas en el terreno, posteriormente se intervinieron manualmente aquellas que presentaban niveles arqueológicos. Gracias a esta campaña se ha podido acotar en la parcela el espacio ocupado por los restos arqueológicos de la villa romana.
Cabe destacar el hallazgo de varias fosas oblongas excavadas en el terreno además de objetos diversos como cerámica, restos de fauna, vidrio o material de construcción entre otros. Dos de las fosas se interpretan por los profesionales como puntos de vertido, tal y como evidencian los sedimentos, objetos quemados y carbones hallados en su interior. Sus descubrimientos son de gran interés para establecer la datación del asentamiento y su perduración en el tiempo.